Los sistemas
dinámicos son aquellos sistemas que evolucionan a través del tiempo. A
diferencia de los sistemas lineales o deterministas, los estados intermedios pueden ser muy variables, por lo que predecir un resultado suele ser muy difícil. El clima, la economía, e incluso la cultura, son ejemplos
de sistemas dinámicos que influyen nuestro día a día.
El universo es quizás el sistema dinámico más amplio, y aunque a nivel superficial sus leyes físicas parecen bien definidas, suele ser imposible determinar con certeza la secuencia de eventos que dieron o darán lugar a un evento. Es curioso, entonces que ante un hecho desfavorable, nuestras limitaciones cognitivas tienden a engañarnos, otorgando más responsabilidad respecto al posible desarrollo de una situación. Esto se debe en gran medida a nuestra incapacidad para medir riesgos, malinterpretación de las probabilidades, factores aleatorios, o sencillamente falta de habilidad (en tareas físicas).
Esto no implica que no podamos controlar un resultado, de hecho, a partir del mismo marco teórico, se ha podido identificar que la iteración de procesos (la repetición de un patrón o una secuencia de acciones) suele generar resultados favorables dentro de un rango probabilístico aceptable. Es por esto que la preparación y la practica son beneficiosos a la hora de realizar tareas específicas. Es notable que estos factores también sean esenciales para alcanzar el estado de flujo, que se discutirá en una entrada futura.
más info:
https://youtu.be/BcMuYhoL38A?si=ru3zhTzWbre273U2.
Referencias:
Larsen-Freeman, D.,
2018, Chapter 12. Task repetition or task iteration?: It does make a
difference, in Bygate, M., ed.,
Learning Language through Task Repetition, p. 311-329.
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