Como ya mencioné en un post previo, la economía es un sistema dinámico que interactúa con varios factores que evolucionan a través del tiempo. Históricamente, dicho sistema se ha tratado de simplificar a partir de una serie de modelos lineales (modelos matemáticos), que buscan resumir fenómenos complejos a partir de ecuaciones simples.
Tal como destacaría un físico, dichos modelos suelen ser útiles para predecir ciertos resultados, aunque su aplicación es limitada a condiciones muy específicas, y empleando una serie de supuestos. Estas observaciones también aplican a los modelos económicos actuales, entre los que encontramos muchas de las leyes planteadas por la escuela neoclásica/ortodoxa del siglo XIX incluyendo: la "ley de la oferta y la demanda" y la "ley de la utilidad marginal decreciente", entre otras.
Los problemas asociados a estos modelos son muy extensos para abordar en un blog. Sin embargo, uno de los problemas principales es la falta de consideración de los sesgos naturales, siendo el comportamiento humano uno de los mas importantes (otros problemas conocidos).
Estos sesgos son extremadamente relevantes, ya que, como se ha visto a partir de miles de ejemplos de estafas digitales (con nfts y criptos), las expectativas sobre la popularidad de un bien pueden hacer que su valor percibido se dispare.
Curiosamente, algo similar pasa con el dinero de circulación legal, y es una de las principales causas de la inflación. En las condiciones inflacionarias el valor percibido de una moneda se reduce, por lo que se produce un aumento generalizado de precios. Es importante destacar a que se hace referencia respecto al "valor percibido" y no "valor real". Éste segundo es una variable dinámica que usualmente se desconoce, y que depende del contexto al que se hace referencia. En cualquier caso. una vez que el valor percibido cambia, el valor real tiende a seguir su misma tendencia.
Ahora bien ¿de que forma se podría alterar el valor percibido de una moneda? quizás la más lógica para un economista neoclásico es a partir de la manipulación del volumen de dinero. En este sentido, la reducción o eliminación de la emisión monetaria en teoría debería aumentar o mantener el valor percibido de una moneda ¿cierto?.. yendo al ejemplo de las criptomonedas, una vez que se ha realizado la estafa ¿acaso la reducción o estancamiento de la producción dé tokens, implica que estos aumenten su valor? la respuesta es claramente no, ya que existe un estigma asociado (un sesgo humano), y el token no resulta atractivo a nuevos inversores, por lo que su precio se estanca y la criptomoneda desaparece.
Este es un ejemplo critico, y destaca el problema de fondo, ya que en nuestro escenario real, si la moneda no resulta atractiva, simplemente no va a aumentar de valor, especialmente si su valor percibido continua bajando. Este fenómeno explica porque en muchos casos la reducción de la emisión monetaria no ha solucionado problemas inflacionarios de largo plazo, particularmente en monedas en las que hay poca confianza internacional.
Otro aspecto curioso que esta vinculado al volumen monetario radica en que es necesario para el crecimiento de un país. Yendo al ejemplo de las criptomonedas, una vez que uno de estos tokens se vuelve popular y su valor percibido aumenta, los desarrolladores tienen que generar nuevos tokens para satisfacer la demanda. En este sentido, la escasez del token es artificial, pero es controlada por agentes externos que limitan su producción.
Lo mismo pasa con la moneda de un país, ya que se requiere la generación de nueva moneda para poder crecer económicamente. Este fenómeno ha sido bien estudiado en Japón donde el efecto opuesto a la inflación (conocido como deflación), ha causado un estancamiento económico que se ha prolongado hasta la fecha. La deflación causa una caída de precios por lo que no hay incentivos, la producción se reduce, lo que eventualmente se traduce en una mayor tasa de desempleo.
Como se puede apreciar, controlar tanto la inflación como la deflación es dificultoso, con muchos aspectos que suelen quedar desapercibidos. Muchos países llevan años lidiando con estos problemas.
A pesar de que en este post se plantean contingencias respecto al volumen monetario y su vinculo con la inflación, en la actualidad no parece que tengamos las herramientas para poder controlarla. En parte esto deriva de falta de resultados experimentales, y una fuerte tendencia a emplear la economía neoclásica/ortodoxa basada puramente en premisas teóricas. Se han planteado enfoques diferentes pero aún no han sido adoptados universalmente tales como economía comportamental [behavioural economy], economía basada en modelos complejos [complexity economy], economía sustentable, entre otras.
En grandes rasgos, cambiar el valor percibido de una moneda es complicado, y depende de muchos factores incluyendo tanto del desarrollo interno, como de políticas a largo plazo que generen confianza. El contexto mundial es también significativo. El valor de la producción de un país, y por lo tanto su moneda, también varian a través del tiempo, por lo que predecir su comportamiento es riesgoso.
A pesar de que en este post se plantean contingencias respecto al volumen monetario y su vinculo con la inflación, en la actualidad no parece que tengamos las herramientas para poder controlarla. En parte esto deriva de falta de resultados experimentales, y una fuerte tendencia a emplear la economía neoclásica/ortodoxa basada puramente en premisas teóricas. Se han planteado enfoques diferentes pero aún no han sido adoptados universalmente tales como economía comportamental [behavioural economy], economía basada en modelos complejos [complexity economy], economía sustentable, entre otras.
En grandes rasgos, cambiar el valor percibido de una moneda es complicado, y depende de muchos factores incluyendo tanto del desarrollo interno, como de políticas a largo plazo que generen confianza. El contexto mundial es también significativo. El valor de la producción de un país, y por lo tanto su moneda, también varian a través del tiempo, por lo que predecir su comportamiento es riesgoso.
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